Archivo de marzo de 2025

Romanos 4, 13. 16-18. 22

Hermanos: La promesa que Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos heredarían el mundo, no dependía de la observancia de la ley, sino de la justificación obtenida mediante la fe.

En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley, sino también para todos los que tienen la fe de Abraham. Entonces, él es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre de todos los pueblos.

Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en quien creyó y que da la vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que todavía no existen. Él, esperando contra toda esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa será tu descendencia. Por eso, Dios le acreditó esta fe como justicia.

2 Samuel 7, 4-5. 12-14. 16

En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: «Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: ‘Cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino.

Él me construirá una casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente’ «.

Dios nuestro, que amas la inocencia y la devuelves a quienes la han perdido, dirige hacia ti los corazones de tus s siervos , para que, inflamados con el fuego de tu Espíritu , permanezcan firmes en la fe y sean diligentes para hacer el bien. Por Nuestro señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos….Amén

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