¿Mi ayuno llega para ayudar a los otros?». Porque si esto no sucede, ese ayuno «es fingido, es incoherente y te lleva sobre el camino de una doble vida». Es necesario, por tanto, «pedir humildemente la gracia de la coherencia». Consistencia. Si no puedo hacer algo, no lo hago. Pero no lo hagas de manera incoherente. Hacer sólo lo que puedo hacer, pero con coherencia cristiana. Que el Señor nos dé esta gracia. (Santa Marta, 16 de febrero de 2018)

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