Dios todopoderoso y eterno, cuyo hijo llamó de nuevo a la vida desde el sepulcro a su amigo Lázaro y aceptó hospedarse frecuentemente en casa de Marta, concédenos, por su intercesión, que sirviéndolo fielmente en nuestros hermanos, merezcamos, como María, ser sostenidos por la atenta meditación de su palabra. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos por los siglos de los siglos…..Amén…

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