Dios todopoderoso y eterno, que elevaste a la gloria celestial en Cuerpo y alma a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos tender siempre hacia los Bienes eternos, para que merezcamos particular de su misma gloria. Por nuestro Señor Jesucristo , tu Hijo, que vive y reina contigo en la Ciudad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos…Amén…

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