No ocultes el bien para mañana: «Ve, vuelve, te daré esto mañana» oculta con fuerza la luz. Incluso una injusticia. Otra manera —estos son consejos para no ocultar la luz— es no tramar el mal contra tu prójimo mientras convive contigo en confianza. Cuántas veces la gente confía en una persona y esta trama el mal para destruirla, mancillarla, disminuirla. (…) Y esto oculta la luz, te oscurece. (…) Envidiar el poder, ser celoso, todo esto oculta la luz. Que el Espíritu Santo, a quien todos recibimos en el Bautismo, nos ayude a no caer en estos malos hábitos que ocultan la luz, y nos ayude a llevar adelante la luz recibida gratuitamente, esa luz de Dios que tanto bien hace, la luz de la amistad, la luz de la mansedumbre, la luz de la fe, la luz de la esperanza, la luz de la paciencia, la luz de la bondad. Que el Señor nos conceda esta gracia. (Papa Francisco, Meditación Santa Marta, 19 de septiembre de 2016)

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