Juan sabe hacerse a un lado, se retira de la escena para dejar el sitio a Jesús. (…) No está interesado en tener seguidores, en obtener prestigio y éxito, sino que presenta su testimonio y luego da un paso atrás para que muchos tengan la alegría de encontrar a Jesús. Podríamos decir: abre la puerta y se va. Con este espíritu de servicio, con su capacidad de hacer sitio a Jesús, Juan el Bautista nos enseña una cosa importante: la libertad respecto a los apegos. Sí, porque es fácil apegarse a roles y posiciones, a la necesidad de ser estimados, reconocidos y premiados. Y esto, aunque es natural, no es algo bueno, porque el servicio implica la gratuidad, (…) Nos hará bien cultivar, como Juan, la virtud del hacernos a un lado en el momento oportuno. (…) Hacerse a un lado, aprender a despedirse: he cumplido esta misión, he realizado este encuentro, me hago a un lado y dejo sitio al Señor.  (Papa Francisco, Ángelus del 15 de enero de 2023)

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