Señor Dios, que mirando al Hombre caído en la Muerte del pecado, quisiste rescatarlo con la llegada de tu Unigénito, Concede, a quienes confesamos con humilde fervor su encarnación , que merezcamos también gozar de la compañía de nuestro Redentor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos…Amén…

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